El descarrilamiento ocurrió este martes en las cercanías de la estación Liniers del ferrocarril Sarmiento.
Cerca de 20 personas debieron ser asistidas por las unidades del SAME y por suerte no hubo que lamentar víctimas fatales, solo golpes y contusiones en las personas que viajaban en los dos últimos coches de la formación que iba de Moreno hacia Once. La mayoría de los pasajeros descendió de la formación y caminó por las vías hasta salir a la avenida Rivadavia. Sin embargo, según indicó el jefe del SAME, Alberto Crescenti, algunos debieron ser retirados por personal de Bomberos utilizando «tablas y sillas especiales».
Según un video que circula en las redes sociales se ve que mientras pasaba el anteúltimo coche, el cambio de vía se abrió por causas que aún se desconocen. Eso provocó que los bogies —los conjuntos de ruedas del vagón— quedaran sobre vías distintas al mismo tiempo y generaron un movimiento irregular hasta que la formación logra detenerse. El último vagón quedó desalineado sobre una vía diferente, y el anteúltimo terminó inclinado entre ambas, en una posición inestable.
Desde Trenes Argentinos, empresa que depende de la Subsecretaría de Transporte de la Nación, confirmaron que el incidente «se produjo en un cambio de vías» y detallaron que «ante el descalce, el tren frenó a tiempo según establece el protocolo de seguridad operacional».
Por su parte Rubén «Pollo» Sobrero, secretario general de la Unión Ferroviaria Seccional Oeste, sostuvo que hubo «una falla técnica, no humana». «Lo confirmamos nosotros desde el gremio, porque el cambio es automático. Por más que el caminero quiera abrir el cambio no puede abrirlo porque al ser un semiautomático no se lo permite».
En videos y fotografías tomadas por los mismos pasajeros, no se observan grandes daños en la formación, solo se ve la rotura del «acordeón» flexible ubicado entre vagones.